Lo que es es, y la vida se abrirá con toda su fuerza cuando dejemos de luchar por lo que ya no fue y nos entreguemos a lo que está siendo. No es rendirse ni claudicar, es acoger y aprender del momento presente, ese que se escapa cuando pensamos en el ayer, y que es el único del que disponemos para estar vivos. El sentido y para qué de cada paso va cogiendo su significado cuando damos otro, y otro, y otro…y es así como la vida hace camino, y es así como finalmente nos damos permiso para simplemente ser,con la aceptación de que si estamos viviendo lo que vivimos, sean momentos alegres o dolorosos, son parte del desarrollo de esa senda, la de ser y permanecer en uno mismo.
Dice la Gestalt: “el todo es más que la suma de las partes”, partiendo de este principio y de que nosotros somos el todo ¿Cuáles son nuestras partes? Esta pregunta es el inicio de la siguiente reflexión:
Diariamente nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotros mismos desde diferentes facetas de nuestra personalidad, podríamos decir que desde diferentes yoes que finalmente conforman un yo más integrado. La buena noticia es que estas partes nos ayudan a adaptarnos a las demandas de la vida, nos permiten sacar desde la fuerza para reaccionar a ciertas amenazas, a la protección para ponernos a salvo, dependiendo de la persona y la situación. La mala es que en muchos casos no somos conscientes de ellas, produciéndonos más de una frustración cuando alguna “no demasiado deseada” sale con fuerza al exterior. Tanto es así que en ocasiones puede que no nos reconozcamos ni a nosotros mismos. Esto hecho habla de cómo podemos llegar a actuar como nuestro propio juez, cuando las negamos o las escondemos profundamente, para así no aceptar que hay partes de nosotros que no son tan agradables ni a nuestros ojos ni al de los otros…es por eso que cuando en algún momento estas partes salen a relucir, nos desconcertamos, nos incomodamos y nos criticamos con la más sentenciadora de las culpas.
La consecuencia de todo esto es una lucha interna, un conflicto entre diferentes partes y la desconexión entre ellas, al final cada una tira para lo suyo; como hacerlo de otra manera…
Se trata de una especie de efecto rebote: supongamos que una parte negada tiene forma de muelle. Un muelle cuando está libre se mueve fluidamente, sin movimiento brusco, sin oponer resistencia…sin embargo si uno ejerce presión sobre el muelle, para hacerlo más pequeño, más tarde o más temprano, cuando dejemos de hacer esa presión, el muelle saltará con fuerza hacia arriba mostrando todo su poderío. Exactamente igual ocurre con las partes rechazadas del self.
La cuestión aquí sería que hacer con esas partes tan poco deseadas, la solución a corto plazo pasa por un solo hecho: la observación. Tan sólo si nos proponemos observar cómo se relacionan estas partes ya estamos haciendo algo muy diferente: las estamos escuchando. Cada una de estas partes cumple una función y sólo observando lo que nos quieren decir podremos averiguar cuál es ésta y la intención positiva que conlleva.Si, digo intención positiva pues aunque en ocasiones podamos llegar a parecer nuestros peores enemigos todo lo que forma parte de nosotros está ahí para ayudarnos. En algún momento nos sirvió, en algún momento fue bueno para nosotros y, sobretodo, en algún momento fue lo mejor que pudimos hacer para garantizarnos la supervivencia. Con el paso del tiempo la misma estrategia puede llegar a ser disfuncional, lo que en su día fue útil ahora ya no lo es, sin embargo su última intención positiva sigue ahí, esperando a que en algún momento de nuestras vidas podamos darnos cuenta.
Cada vez todo va más rápido,eso es indiscutible.Nuestra sociedad,tendente ya de por sí a estar en continua transformación, ahora “nos exige” actualizarnos casi instantáneamente. Si no lo haces parece que te quedas atrás, que no llegas, incluso que eres de una especie en peligro de extinción… Este ritmo frenético en el que nos movemos diariamente,y del cual, a veces no somos ni conscientes de cómo nos condiciona, no deja de inquietarme por la razón que acabo de nombrar ¿cúal es el modo en qué nos condiciona?¿Es posible entre tanta urgencia por estar siempre al día estar al día con uno mismo? ¿Nos concedemos algo de nuestro tiempo o sólo actuamos como una pieza del engranaje de la actualización constante?
Parte importante de esta reflexión viene dada por las demandas, cada vez más presentes,que me encuentro en consulta. Un número muy considerable de personas que vienen a terapia son tremendamente intransigentes con el tiempo que se permiten para notar una mejoría. Es más, hacen de ello una demanda explícita: “quiero ponerme bien ya” “soy un caso perdido y no puedo mejorar…”Como psicoterapeuta y como persona comprendo bien esta urgencia, ya que el malestar suele ser tan grande que la persona que lo vive se quiere deshacer de él cuanto antes. Hasta aquí todo bien. Pero no dejo de preguntarme qué es lo que uno hace con todo ese malestar por el camino, como lo ignoramos, lo escondemos, y lo callamos argumentado que no disponemos de tiempo para emplearlo en ver que hay detrás de ese primer punto de incomodidad. Con el paso del tiempo éste va devorando poco a poco nuestra falsa “calma”. Hasta que un día esa inquietud es tan evidente que ya no podemos disimularla más y es cuando pedimos a gritos salir de ese atolladero donde nos encontramos, pero salir ya. Estamos tan acostumbrados a utilizar máquinas que podemos llegar a pensar que somos una de ellas. Un reseteo y punto.¡Como nuevo! Nos olvidamos de que la mayoría de los dolores y sufrimientos que llevamos con nosotros están ahí precisamente porque llevan mucho tiempo en nuestro interior y que no es posible sacarlo de golpe y porrazo. Uno tiene que permitirse sentir antes de curar. Las heridas duelen y el sentido de que duelan es precisamente darnos cuenta de que estamos heridos, de que necesitamos pararnos en ella, cuidarla, desinfectarla y permitir que el tiempo ayude a cicatrizarla. Es parte del proceso de sanación.
Por eso opino que lo realmente urgente es concedernos tiempo a nosotros mismos, a conocer nuestros dolores y miedos. A conocer nuestras motivaciones e ilusiones. A permitirnos experimentar con toda la gama de colores que llevamos dentro , y también a aceptar que tenemos todos esos colores, no sólo los que nos parecen hermosos, o no sólo los más feos de la paleta, y que todos ellos nos ofrecen todos los matices posibles, siempre que nos demos el tiempo para observarlo.
Uno de los muchos momentos mágicos que ocurren en terapia es cuando la persona que acude siente este cambio. Cuando comienza a sentir la terapia como un tiempo para si mismo, con el propósito de descubrir, de sentir, de aceptar. Y a la vez sin ninguna expectativa, sin ningún plazo a cumplir, pues sabe que el tiempo que tiene para concluir su viaje es el resto de su vida. Cuando este momento mágico se da, tanto uno como el otro sabemos que ese cambio que con tanta urgencia pedía ya ha comenzado.
Esta primera entrada la voy a utilizar como un soporte para contaros de que va a ir todo esto:
Comienzo este blog con ilusión, alegría motivación, dudas, y alguna que otra dosis de vergüenza e inseguridad. Es mi primer blog y abrirse a la gran red impone más de lo que creía…es como si “enseñara la patita” de mi mundo a todo el que esté dispuesto a echarle una visual, y eso cuando lo pienso durante un ratito, me impone…
La idea es compartir todo lo que llevo dentro hacia la psicología y la psicoterapia: vivencias, ideas, pensamientos, emociones…considero que los que nos dedicamos a la relación de ayuda somos personas sumamente privilegiadas por poder aprender tanto de las relaciones que los seres humanos mantenemos con nosotros mismos, con nuestros iguales y con la vida, y siento la necesidad, el deseo y las ganas de poder devolver al mundo (en la medida de lo posible) todo lo que el mundo me ha ofrecido a mi.
Dicen que hay más días que judías, y clases de judías también hay buena variedad…así que he decidido que cada entrada será como una clase de judía. Todas tendrán algo que las relacione, que será la psicología, pero cada una será de su clase: las habrá profundas, serías, divertidas, íntimas…me tomo este blog como una manera de expresar lo que llevo y eso implica no limitarme en el modo de hacerlo. Es por eso el aviso a navegantes: aquí no hay patrón ni marinero…
"Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón. Aquel que mira afuera sueña. Quien mira en su interior despierta"
“Las personas más hermosas que he conocido son aquellas que han conocido las derrotas, el dolor, que han conocido las luchas, las pérdidas y que han encontrado su camino de salida desde las profundidades. La gente bella no surge de la nada”
"La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia."